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Juego de aristócratas franceses y príncipes británicos, el baccarat sigue siendo a día de hoy uno de los juegos de cartas más populares en los casinos, quizá sólo por detrás de los muchos tipos de póker existentes y al blackjack. Al baccarat se juega desde hace varios siglos, al principio se jugaba en glamurosos salones y después en el casino, pero la procedencia exacta de este juego de cartas todavía no ha podido ser establecida.
Historia de la procedencia del baccarat
Muchos países europeos pelean por el honor de ser considerados “los padres” del que es uno de los juegos de cartas más populares del mundo. Según una de las versiones, el baccarat nació en Francia, donde era muy común entre los aristócratas locales. Según tra versión, nació en España, donde el baccarat tiene otro nombre, Punto Banco (incluso hoy en día así se conoce al baccarat en algunos casinos). Pero la versión más cercana a la real es la de la procedencia italiana del baccarat. Se considera que este juego de cartas fue inventado por un hombre de negocios italiano, Felix Falguere. Más aún, al principio el baccarat se concibió para ser jugado con las cartas del tarot. Incluso el mismo nombre de baccarat es italiano, que traducido significa “cero”. Esto está obviamente relacionado con el sistema de valores de las cartas del baccarat: los dieces, las sotas, las reinas y los reyes valen “cero” en el baccarat.
Desde Italia, el baccarat llegó a Francia, donde conquistó los más glamurosos salones de reunión y donde se le dio un nombre más: el chemin-de-fer, que traducido del francés significa literalmente “vía de ferrocarril”. En Francia se consideraba una pasatiempo de la élite, ya que a este juego de cartas al principio jugaban tan sólo los representantes de las capas más altas de la sociedad francesa.
El baccarat conservó este principio elitista durante varias décadas, sino ya siglos. Así, por ejemplo, en el Reino Unido, donde el baccarat estaba prohibido de forma oficial, uno de los más ardientes admiradores de este juego de cartas era el entonces futuro rey Eduardo VII. De hecho éste sólo quedó escarmentado de su pasión por los juegos de cartas después de que formara un gran escándalo entre la aristocracia en el que se vio implicado el príncipe británico. También amaba el baccarat otro famoso oriundo de las Istlas Británicas: el escritor inglés Ian Fleming, del cual “heredó” su afición a este juego de cartas el agente James Bond. En varias novelas de Fleming y en sus versiones cinematográficas, el agente 007, “creado” por Fleming, juega con entusiasmo al baccarat. Sin embargo, en la película “Casino Royal”, de 2006, el carácter patriótico de los creadores de la películas sustituyó el aristocrático baccarat por el póker americano (Hold’em Texas).
Descripción del juego del baccarat
Los principios del baccarat son muy simples: el objetivo principal que tiene que alcanzar el jugador es alcanzar la mayor cifra posible de puntos, teniendo en cuenta que tan sólo se puede utilizar dos o tres cartas (y teniendo en consideración al mismo tiempo que el valor de los dieces y de todas las “figuras” de la baraja es igual a cero, el del as es igual a uno, y el valor de las cartas del 2 al 9 son iguales a su número). En los casinos modernos la versión principal del baccarat es el punto banco (esta versión también se conoce bajo el nombre mini-baccarat), es decir, el jugador contra el crupier. Al repartir las cartas es necesario que la suma total de la combinación de cartas sea igual a nueve o se aproxime lo más posible a nueve. Al principio del juego, tanto al crupier como al jugador se les reparten dos cartas. En la mayoría de los casos, esto es suficiente para obtener la combinación ganadora, pero en otros casos las reglas del baccarat contemplan que se reparta una tercera carta.
En los casinos online, el jugador dispone de la posibilidad de apostar al ganador en potencia (ya sea el crupier o el jugador) o apostar al empate. Si es el jugador el que ha sumado la cantidad más alta de puntos, el premio se paga en correspondencia de 1 a 1. Si por el contrario es el cruier el que ha conseguido el número mayor de puntos, el premio se paga también en proporción de 1 a 1, pero de ahí se descuenta una comisión del 5%. Y, finalmente, si tanto el crupier como el jugador tienen la misma cantidad de puntos, gana quien haya apostado al “empate”, siendo pagándose un premio del apostante en proporción de 8 a 1 ó de 9 a 1.
Normas principales del baccarat
- Ganar el participante que haya obtenido 9 puntos o se haya aproximado lo más posible al nueve (esto significa que si el jugador tiene 8 puntos y el crupier menos, gana el jugador). El valor de la combinación ganadora se calcula de la siguiente forma:
- 10, sota, reina, rey— 0 puntos
- As — 1 punto
- Cartas del 2 al 9 — valor propio de la carta
- Al comenzar el juego, al crupier y al jugador se les dan dos cartas. La tercera carta se reparte en los siguientes casos:
- Si el valor total de las primeras dos cartas del jugador es igual o inferior a cinco.
- Si el valor de las dos primeras cartas del crupier es igual o inferior a cuatro.
Si el valor total de las dos primeras cartas del crupier es igual a cinco, la decisión de repartir al crupier una tercera carta se toma partiendo de qué cartas tiene en su poder el jugador.
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